Extracción petrolífera en suelo marino

Obtener las reservas de petróleo del suelo marino supone un reto aún mayor que las condiciones.

Cuando los yacimientos petroleros en tierra firme fueron mermando, la búsqueda de nuevas reservas dirigió su mirada a las profundidades del mar. Incialmente, no se contaba con la tecnología apropiada para llegar a tales profundidades, siendo las corrientes marinas el primer inconveniente a solventar y evitar así el arrastre y destrucción de costosas plataformas.

La explotación marina del petróleo comenzó con las plataformas ya conocidas que se fijaban firmemente al suelo marino, derivando posteriormente en estructuras modulares flotantes que resisten más eficientemente las condiciones del mar y permiten su adecuada extracción, procesado y almacenamiento.

Estos aspectos flotantes de las nuevas estructuras permiten, además ir de un yacimiento a otro, almacenar el hidrocarburo y abastecer a otros barcos o plataformas, siendo las más utilizadas conocidas con el nombre de unidades FPSO.

Las nuevas plataformas son estructuras modulares flotantes que resisten las condiciones del mar

En el medio ambiente marino, el petróleo se ubica a grandes profundidades entre el gas natural y el agua salina. Tiene unas características peculiares distintas al crudo extraído en suelo no marino, ya que está constituido por un grupo de compuestos orgánicos como alcanos de cadena lineal, ciclo alcanos, alcanos de cadena ramificada, productos aromáticos y compuestos que contienen azufre, oxígeno y nitrógeno.

Bajo el mar, el surgimiento de hidrocarburos se produce por procesos geoquímicos y por biosíntesis, siendo vitales en su producción el fitoplancton, las bacterias y las llamadas plantas superiores.

Evitar accidentes es un gran reto de la extracción en suelo marino

Un estudio geológico previo a la construcción de la planta indica las características de la superficie y el posible flujo subterráneo del hidrocarburo con la utilización de un gravímetro. Tras la ubicación del punto a ser perforado para la posterior extracción, se coloca una boya con la utilización de un GPS.

Además de las condiciones propias del mar, el mayor reto de la extracción petrolífera en suelo marino es evitar devastadores derrames y efectos contaminantes. Muchas medidas son tomadas para garantizar una extracción segura, como un sistema de prevención de explosiones en suelo marino y un dispositivo denominado programa de compresión que asegura que todo esté perfectamente sellado.